miércoles, 7 de agosto de 2013

Lo bello de nutrir y amar


Para las que miraron con extrañeza la boca de su hijo en su pecho por primera vez..

Para las que lloraron de dolor en sus pezones…

Para las que sintieron mil agujas en los pechos…

Para las que sintieron la tensión y los pechos colmados…

Para las que sintieron desde sus axilas como una ola intensa las abrazaba..

Para las que vieron en la boca de su hijo vías lácteas amarillas, blancas y rojas..

Paras las que los primeros días entraron en un tiempo sin tiempo y estuvieron con el bebé día y noche al pecho…

Para las que sintieron que habían nacido solo para ello…

Para las que sintieron impotencia y desesperación esos momentos…

Para las que sintieron poco cobijo en la inmensidad de los pechos llenos y un niño llorando…

Para las que no sabían cómo enganchar a su hijo en su pecho para que siguiera alimentándose…

Para las que comenzaron a recibir consejos desafortunados…

Para las que recibieron diagnósticos desgarradores y se sintieron inútiles…

Para las que llorar y amamantar fue una constante…

Para las que tuvieron que enfrentar sus sentimientos con los cálculos pediátricos...

Para las que no tuvieron más remedio que creer que su leche era aguada, que no alimentaba…

Para las que no creyeron que su leche no alimentaba…

Para las que tuvieron que comprar una mamadera y leche en polvo con resignación y dolor…

Para las que compraron la mamadera y leche en polvo resueltas y seguras…

Para las que lucharon con los consejos y con tozudez siguieron con lo que les dictaba el corazón…

Para las que la lucha con los consejos fue demasiado cruenta y tiraron la toalla…

Para las que dieron teta por poco tiempo…

Para las que no dieron teta…

Para las que supieron conciliar entre los diagnósticos de bajo peso y mantuvieron una lactancia mixta…

Para las que dieron la lucha, y pronto se enfrentaron a su realidad laboral…

Para las que lloraron cuando tuvieron que volver a trabajar…

Para las que  sintieron desangrarse cuando su hijo no quería aceptar el chupete plástico mientras ellas trabajaban…

Para las que llegaban corriendo a casa por la tarde y ofrecían a su hijo sus pechos por horas durante la noche…

Para las que siguieron llorando en sus lactancias…

Para las que tuvieron que sacarse leche en un baño…

Para las que no pudieron sacarse leche en un baño…

Para las que dieron teta por las noches durante años…

Para las que después de años siguen dando teta…

Para las que no estuvieron embarazadas y alimentan a sus hijos con todo el amor que tienen en las entrañas…

Para las que han hecho caso omiso de las recomendaciones y los malos presagios para sus hijos por ser poco independientes…

Para las que no creen en las exigencias actuales de vanidad que sacramentan sus pechos…

Para las que no se asustan por los diagnósticos terribles en torno a su salud por seguir dando teta a sus hijos de 1 o 2 o 3 o 4 o 5 años o más…

Para las que se horrorizan por ver como otras amamantan pasados los 2 años…

Para las que han respetado sus tiempos y los de sus hijos y han destetado o mantenido la lactancia de acuerdo a los ritmos de la diada mamá-hijo…

Para las que destetaron por cansancio…

Para las que les dolió en el alma destetar por hacer caso a agentes externos…

Para las que destetaron y se sintieron felices…

Para las que destetaron y se sintieron tristes…

Para muchas más…

Lo bello es amar y admirar la naturaleza que sigue su curso en nuestro interior, en nuestro corazón, con su líquido lácteo y alegre inundando la boca de los niños.  Mujeres! ustedes han pasado por los mejores momentos de sus vidas, porque la vida misma les ha regalado la epifanía de ser madres, la suerte más grande que puede tener una mujer que ha decidido ser consciente del proceso maravilloso que es gestar y criar.

El nutrir un bebé es una experiencia iluminadora y que en los días que corren no es algo fácil, una experiencia única que nos permite desarrollar las más altas cualidades que podemos tener los seres humanos: la paciencia, la compasión, la tolerancia, el autoconocimiento y la capacidad de sanar, e ir más allá de nosotras mismas, de crecer.

Han tenido la oportunidad grandiosa de llenar por completo un espacio vacío que lleva el alma, y lo han hecho de la mejor forma, de acuerdo a las circunstancias y a lo que ha dictado su alma.  La nutrición más grande que pueden dar a sus hijos es la lactancia, sea esta física o energética,  una lactancia consciente que nutre no solo a  sus hijos, si no a ustedes mismas y al universo entero.  Las posibilidades de poder llenar físicamente los pechos de leche muchas veces, dada la poderosa corriente que nos lleva hacia el artificio hoy, es una lucha complicada.  Sin embargo, en la plenitud de nuestro sentimiento materno, la cascada láctea que llevamos dentro como mujeres y madres, se llama AMOR, y esa leche es totalmente a prueba de consejos, ideas preconcebidas, descalificaciones y condicionamientos.  Es esta plenitud, espléndida flor de amor, la que nos ha llevado a todas a amamantar de mil modos, de nutrirlos con afecto, alimento y calor.  Este tesoro escondido lo llevamos dentro generosamente colmando abundantemente corazones y alma, iluminando vidas como una verdadera lámpara láctea.


Y seguimos amando… 

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