miércoles, 8 de agosto de 2012

VUELVO A CASA





Vuelvo a casa, vuelvo compañero.  Y vuelvo luego de un largo destierro.  Vuelvo henchida de gozo, porque es una decisión que yo he querido tomar, y la he tomado. Vuelvo a casa y siento hoy que tomo las riendas de mi vida como nunca antes lo hice. Y me siento fuerte, y todo poderosa y me siento orgullosa de poder decirlo.

Renuncio sin duda a muchas cosas.  Hoy he renunciado a un bien que en la vida actual se cotiza en la bolsa social a un alto costo: prestigio profesional, reputación laboral, desarrollo económico e incluso desarrollo personal.  Todas etiquetas que nos vendieron hace mucho para justificar el supuesto desarrollo femenino. Hoy aquí renuncio al prestigio de trabajar en un empleo “soñado”, con un sueldo soñado, renuncio al sistema de jerarquía oficinesco y a las largas horas que me mantuvieron lejos de casa.  Hoy renuncio al pequeño poder que te da el simple hecho de ser una mujer profesional que trabaja.  He renunciado con ello a mi independencia económica por la que tanto luché en algún tiempo y, gracias a ti compañero que me ofreces tu apoyo incondicionalmente, renuncio a ella conscientemente.  Renuncio a recibir órdenes de supuestas personas superiores, renuncio a sentirme obligada y renuncio a que no se valore la creatividad de mi trabajo. Renuncio a cumplir horario y a hacer un trabajo de copia exacta todos los días. Renuncio a que no se me valore personalmente y a que pese a mis conocimientos, se dude de mi desempeño. Renuncio a que otros pongan valor a mi tiempo, y hagan con el lo que quieran. Renuncio a sentirme presa de un largo día porque esos largos días me hicieron muchas veces sentirme mutilada durante las horas muertas de oficina. Renuncio a tener que vestirme de determinada manera, con zapatos que complacen el gusto de otros. Renuncio a no tener voz, renuncio a sentirme perseguida por si cometo un error, renuncio al miedo que le han puesto a mi autoestima. Renuncio a tener que moverme y hablar como otros quieren. Renuncio a sentir que solo valgo porque estudié, porque trabajo o porque gano un “buen sueldo”. Renuncio también a millones de paradigmas machistas y feministas rancios inscritos a lo largo de mi linaje, rompo esos barrotes y grilletes que nos han cruzado a ambos, a ti y a mi querido compañero. He elegido esta renuncia tu lo sabes, y me sostengo de tu mano.  Renuncio por opción, porque hoy tengo esa opción y ya no tengo miedo. No tengo miedo ni al Padre y ni a la Madre que quiso emanciparse y ser igual ese Padre. 

Vuelvo a renacer, amado compañero. Vuelvo a mi pueblo y lugar natal y retomo el poder que nunca debió haber salido de mis manos. Vuelvo a ser regazo de madre.  Vuelvo a recoger dolores que nacieron a raíz de mi ausencia, vuelvo con cicatrices. Vuelvo por instinto.  Vuelvo con mi boca hambrienta de afecto, de tacto, de olor.  Vuelvo loba babeante buscando a los míos. Vuelvo y tomo en mis manos las riendas.  Vuelvo a recoger las galletas del suelo, a limpiar narices llenas de mocos.  Vuelvo a llenar ollas y a cocer almohadas y calcetines.  Vuelvo con mis palillos en mano, a tejer los sueños de mis hijos. Vuelvo bordar con la lana de mi vientre sus manos, sus ojos, su sonrisa, sus anhelos y bordo así nuevamente mi gesto. Vuelvo a abrazarlos largamente, intensamente.  Vuelvo con paja seca para calentar el lecho, nuestro lecho.  Vuelvo a mi nido, a mi madriguera, a mis crías.

No vuelvo a encerrarme en el gineceo. No. No vuelvo a encerrarme en la cocina. No. No vuelvo a oprimirme en el temor, ni vuelvo indefensa, ni a la deriva de cualquier abandono. No vuelvo a tener sueños que puedo cumplir, vuelvo a cumplirlos.  No vuelvo a llorar al calor de una tetera hirviendo, vuelvo solo a reír a carcajadas y a cocinar mientras lo hago. Vuelvo a sentirme plena y no vacía, pues hoy lleno yo la casa con mis hijos. No vuelvo a planchar entre lágrimas, ni a barrer sintiendo que mi trabajo no vale. No vuelvo a complacer a nadie más que a mi misma y a mis hijos.  Vuelvo y tomo tu mano para que nos acompañes.  Vuelvo a una comunidad, vuelvo a la familia, vuelvo a una sociedad de ayuda mutua, vuelvo porque quiero criar integrantes maduros y conscientes.  Vuelvo a casa, vuelvo compañero, y forjo un nuevo camino. Vuelvo más grande y con mis carencias encima de la mesa, con mis surcos cerebrales detectados.  Vuelvo a casa a invitarte a oler nuevamente el amor del vientre y al crecimiento en conjunto como seres humanos. Vuelvo a descubrir un nuevo mundo, un mundo antiguo que ya hemos caminado, y lo nuevo radica en que mis zapatos y los tuyos caminan juntos con firmeza.

Vuelvo a renacer. Vuelvo a poblar, a poblarme. Vuelvo a saciar mi sed la sed de nuestros hijos. Vuelvo a vivir en mí. 

10 comentarios:

  1. No puedo explicarte como me has conmovido, resumiendo en tus hermosas palabras mi sentir de años y mi historia, que es historia compartida ahora. Siento como si mi pequeño acto de valentía se hubiese regado por la tierra y así siguiera su camino amplificándose en otras madres. Me alegro tanto de haberme atrevido a romper con los esquemas que había dejado que me impusieran, donde se incluía este "éxito profesional y esta independencia engañosa" y a volar lejos a una nueva vida más humana y más consiente.
    Habrán momentos donde te asaltará una extraña "crisis de abstinencia" y sentirás que el mundo va demasiado lento, pero de a poco las cicatrices que te dejó esa vida contra reloj se irán desvaneciendo y todo tendrá sentido, porque recuperarás tu creatividad, volverás a hacer las cosas a tu ritmo, como madre y como mujer; y el trabajo será sólo una dimensión más, no la vida misma ni lo que te define.

    Un abrazo a la distancia y gracias por compartir tu experiencia, me reafirma y me inspira a seguir por el camino en que voy.
    Que el amor de todas las madres te envuelva y te de fuerza!!!!

    Araceli.-

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Araceli, que lindo ese deseo acerca del amor de todas las madres! sin duda es una fuerza poderosísima que va en una onda expansiva y ya nos ha alcanzado a varias, gracias a Dios! A veces pienso que ese sentir es algo que nos está naciendo a las mujeres de hoy como un llamado más gutural, desde la tierra, desde la especie, y es que si seguimos como estamos, en unas décadas solo seremos seres sin ese sentido maravilloso que nos caracteriza como seres mamíferos: el amor maternal, el instinto materno, que transgrede hoy tantos condicionamientos culturales que nos atan. Dicen que cada acto que una hace en su vida queda inscrito y sellado en la historia de tus hijos, aquellos que serán adultos algún día, y quiero y deseo de todo corazón que sean unos adultos seguros y honestos con ellos mismos, y más que nada que sigan expandiendo está onda de amor que por fortuna hoy estamos sintiendo tantas madres. Que así sea! Un abrazo!

      Eliminar
  2. Pauly que lindo, como tus palabras nos representan a muchas madres y mujeres. Mucha suerte y exito en esta nueva etapa de tu vida, sin duda la mejor, disfruta y llenate de colores, pintura, lanas con tus pequeños. Un Abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Qué lindo lo que escribes. Furioso, además. Qué suerte la tuya y la de muchas mamás que han hecho como tú (y como nosotros en casa). Suerte de tener la información, de estar por sobre los paradigmas, de ver más allá. Suerte de tener la apertura de mente y los medios. Suerte para nuestros pequeños, que creo están más felices de tenernos cerca. Al menos yo lo he notado con el mío, que anda con más "papitis" ahora que me ve más. Digo "suerte", pero no es tanto eso, sino voluntad.
    (Soy papífero, de mamifera.cl)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Papífero!! Mucha suerte para poder dar un paso así, a veces suerte y valentía, a veces suerte y voluntad, de todos modos yo siempre pienso en aquellas mamás que no tienen la suerte de tener quizás un buen compañero que las apoye o los recursos económicos para poder seguir sus instintos. Que felicidad que los niños puedan vivir con mamitis y papitis todo el día!! Bendito sea el amor materno y paterno!!

      Eliminar
  4. Y te leo emocionada -desde mi puesto de trabajo- con la maternidad que me desborda, con las ansias mirando el reloj esperando que llegue rápido el minuto de volver al nido, mirando a la espera de una nueva foto en mi mail o quizás un nuevo video.
    Como le contaba a Papífero en nuestro caso mi marido fue quien dejo el trabajo y logramos reducir la velocidad a la mitad de esta carrera hacia el exito y el cumplir, esperamos que pronto pueda seguir el mismo camino, mientras, atesoro los fines de semana como los instantes de dulce felicidad y tendinitis dichosa por tener en brazos a mi dinosauria sin dientes, llego a jugar con sonajeros, a dar leche todo el tiempo que pueda -en una forma inconsciente/consciente de alimentar y unirnos-.
    Espero que tu camino y el de tu familia sea luz y felicidad, te sigo leyendo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Paloola: Como te entiendo! me imagino yo misma sentada en la oficina con mi maternidad desbordad, queriendo solo llorar, viendo como tanto tiempo pasando en el reloj y yo sin el enano que llevé tanto tiempo en mis entrañas!! y pensando solamente en el cheque de fin de mes sin ninguna "realización" profesional en mis manos. Te entiendo tanto! porque mi gran paso de hoy demoró seis años, y fueron seis años así como tu lo describes! También escribí mi día a día durante ese tiempo:
      http://sermamaserconciencia.blogspot.com/2012/06/de-canciones-romanticas-mujeres.html

      Gracias por tus deseos de luz!! Y te mando uno de fraternidad en el amor de madre, energía que nos une y nos hacen más grandes!!

      Eliminar
  5. Si señor, si pudieras verme.....solo aplaudiria

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias Mariajo por tu visita y por tus palabras! puedo sentir tu emoción... te abrazo...

      Eliminar