martes, 28 de agosto de 2012

Vocación de Doula: Acompañando desde el Amor


“Soy doula porque nací bajo esa condición. Tardé algunos años en ver con claridad que había venido a acompañar a las mujeres a re-conocer el poder de la Intuición femenina y a procurar que los seres que llegan lo hagan a través de mamás y papás conscientes para que puedan Ser quienes realmente son desde el Amor y la Presencia. Soy doula porque estoy comprometida con la Vida.” Erika Irusta, doula y experta en energía femenina



Yo nunca había escuchado el término doula hasta que cuando nació mi segundo hijo comencé una búsqueda intensa de información que me guió sabiamente hasta estas maravillosas mujeres.  Sin duda, durante mi embarazos sentí en bruto una fuerza poderosa que se apoderó de mi sin piedad y para mi gran dicha y bendición.  Quise en muchos momentos entregarme a ella así sin inhibiciones ni temores, pero ahí estaba mi neocortex que volvía a apretarme y a instaurar el deseo de controlarlo todo, controlar ese sentimiento, esa energía maravillosa que claramente no se podía controlar.  Mi intuición y mi intelecto tenía una ardua lucha por esos tiempos, y si hubiera habido una doula a mi lado, habría sido menos laboriosa mi búsqueda hacia la maternidad y habría fluido de mejor forma mi energía femenina. Ahora se que una doula me habría reconectado mucho más rápido con mi poder femenino y mi esencia materna.

Las doulas (se lee dula) son mujeres sabias que acompañan a otras mujeres durante el camino a la maternidad. La labor fundamental de una doula es ofrecer soporte, apoyo y contención emocional durante el embarazo, parto y puerperio. Hablando desde un sentido más espiritual “…una doula es una mujer que acompaña desde el Amor y la Presencia, a otra mujer en el Camino de la Maternidad. Una doula es aquella mujer que, desde su conexión directa con su esencia femenina, acompaña a la mujer a re-encontrar su Poder y su Intuición para ser la madre que sólo ella Es tal como lo dice Erika Irusta, una bella doula española.

 Antiguamente, los conocimientos acerca de la concepción, embarazo, parto y puerperio se transmitían básicamente entre abuelas, madres e hijas, u otras mujeres de la familia o de la misma comunidad.  Había un buen cordón de contención o de apoyo otorgado por la tribu.

En la sociedad actual, las redes de apoyo entre mujeres se han perdido en gran medida. Muchas veces, a los padres de hoy nos toca enfrentar solos las distintas etapas de la p/maternidad. La importancia que se le da hoy en día al desarrollo profesional o laboral de los individuos, muchas veces provoca que perdamos contacto más íntimo con nuestra familia o amigos más cercanos, debido al poco tiempo que nos dejan los compromisos laborales. En general, hoy en día las mujeres enfrentamos la maternidad en soledad y sin referentes cercanos que den respuesta a nuestros sentimientos y emociones más profundas. Además,  la senda que uno inicia cuando se despierta deseo materno es bastante más dificultosa cuando se camina dentro de una sociedad en que la maternidad está bastante subvalorada y superficializada. Muchas de las veces, los únicos referentes que tenemos las mujeres son las famosas revistas especializadas, en las que normalmente se suele ofrecer una imagen idílica e infantilizadas de las embarazadas y puérperas, dejando de lado la profundidad y el relieve que representan esta importante etapas en la vida. 

Los sentimientos que afloran durante el embarazo, durante el parto o durante el postparto son de una gama inmensa, que pueden recorrer grandes distancias entre una emoción y otra en tiempos muy cortos.  Nuestra falta de información y la desconexión en la que vivimos, hace que los trances que deberían ser normales y muy felices, muchas veces se tornen espinosos y nos den la impresión equívoca de  que ninguna otra mujer antes sintió algo parecido, acentuando nuestra angustia.


Las doulas emergen hacia una superficie que hoy en día las necesita, para mi gusto, fundamentalmente. Retoman desde la sencillez la casi extinta red de apoyo entre mujeres, y remarcan la etapa de la maternidad como crisis vital en la vida de una mujer con la importancia, espacio y posición que le corresponde. La doula acompaña y sirve desde el corazón, desde el amor, como una gran amiga que entiende y apoya las decisiones sobre todo de la madre en su ser mujer, comprendiendo que la sabiduría se encuentra dentro de ella, y en su labor ayuda a que esa sabiduría emerja desde y hacia el corazón de la madre.  Una doula no asiste, ni atiende un parto, el trabajo de la doula se avoca en la contención y apoyo emocional a la madre, la guía para que encuentre la confianza en su poder femenino que la lleve hacia su poder materno.

El ser madre, para mi, es todo un proceso mágico, milagroso, es algo así como un momento místico.  Sin embargo, las mujeres hoy en día, no procesamos de la mejor manera estos momentos íntimos y preciosos.  Ya sea por nuestra soledad, nuestra baja autoestima, nuestra falta de confianza en nuestra esencia femenina, reaccionamos con mucho temor a todos los cambios, y sobretodo al cambio que implica convertirse en madre.  Entonces, creo que es muy importante contar con la ayuda de una mano amiga, de tu red de apoyo, y en este punto la doula puede cumplir un rol importante de acompañamiento que te ayude a redescubrir tus potencialidades, y a vivir los momentos con la intensidad que se merecen, a concientizar tus dolores o miedos para así recobrar el camino a casa, a su ser esencial y descubrir las bondades del crecimiento a través de la maternidad.  Una doula puede estar ahí incluso desde la preconcepción, ayudándote y escuchándote durante el embarazo, alentándote durante el parto, dando algunos consejos durante la lactancia, apoyándote durante los quiebres emocionales, riendo y soñando con las alegrías que comienzas a sentir.  Incluso las doulas apoyan durante las pérdidas perinatales.  Eso por decir algunos ejemplos. 

Una doula es algo así como una gran amiga, es por ello que entre la madre y su doula debe crearse una relación de confianza y de bonita amistad, aspectos importantes para tu reconexión interna.  El servicio de una doula puede ser muy amplio, por lo que su trabajo es altamente valioso y es necesario crear conciencia del importante rol que puede jugar su trabajo en nuestra sociedad actual, ya que es esencial la tranquilidad y confianza de una madre en si misma para traer al mundo y criar hijos más felices y sanos de una forma conciente.  Volviendo a citar a Erika:   “…siento que nuestra labor y su remuneración ayuda a crear conciencia de valor al servicio que desempeñamos. A mi parecer contar con una doula no es un lujo sino una necesidad. Siento que es una inversión en una misma, en una familia.”

Cuando tuve a mi segundo hijo descubrí la labor de estas mujeres, su labor milagrosa y de lo bien que me habrían hecho en los procesos de mi vida.  Sin embargo,  siento que fue desde mucho antes, desde que nació mi deseo materno, cuando yo inconcientemente descubrí lo que hoy ha tomado en mi una forma clara, poderosa y conciente : esta, mi profunda vocación.


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