Desde
mis reflexiones como madre, considero que cada vez se vuelve más importante
develar este crecimiento acelerado que he ido obteniendo al enfrentar la
maternidad, esa necesidad intrínseca de sentir la sutileza de las experiencias
que han traído a mi vida el nacimiento de mis niños. Es algo así como una necesidad
urgente por sentir intensamente cada pisada del camino bello en donde voy
creciendo junto a ellos, y hacer un balance para percatarme justamente de ese
crecimiento.
A
partir de todas mis experiencias maternas, empiezo a concientizar básicamente que
es de suma importancia para nosotros los seres humanos en general, tomar
conciencia de la inmensa responsabilidad que involucra nuestro propio cuerpo, y
con ello inmediatamente sentiríamos la importancia que involucra nuestra
sexualidad y la relación mutua que tenemos con otros seres humanos. Con esto, asumiríamos la importancia trascendental que implica
convertirse en madre o en padre y la implicancia que tiene este acto en la
conversión y la formación de seres humanos más completos, felices y plenos.
En
el caso de nosotras las mujeres, una vez que la maternidad llega a nuestra
vida, y se despliega vigorosamente el abanico abierto de la existencia, nos
damos cuenta y se nos revelan una infinidad de hechos que no teníamos en cuenta
antes, y que muchas veces no podíamos mirar de frente o que no esperábamos. Nuestra
conciencia se expande. La maternidad trae la magia de rebalsarnos a nosotras
mismas, nos sumerge en un mar desconocido e intenso. Entre medio de la exuberancia de la emoción,
nos muestra aspectos que no queremos ver y otros que queríamos hace tanto
tiempo en nuestra vida. La maternidad nos colma, nos lleva a la plenitud, nos
tira al suelo, nos revuelca y sin duda nos cambia.
Y
es en este cambio tan remecedor cuando la reflexión calmada se vuelve un
ejercicio determinante y sanador. El
caminar con cautela sobre los caminos del bosque mágico, nos envuelve en el
aura de la conciencia y la intensidad del sentimiento se hace aún más placentera. Y tomamos el reto y decidimos caminar con
valentía, eliminamos lo que tenemos que desechar y asumimos nuestras virtudes
que son nuestro mejor talismán y la luz que nos guía.
Con
la energía materna que nos envuelve vamos tomando conciencia de nuestro cuerpo,
de nuestro entorno, vamos sanando todo lo que haya que sanar. Tomamos conciencia lentamente:
1.-
La magia en mi cuerpo se ha hecho. Comienza a crecer en todo sentido mi ser.
Crece mi vientre, crece mi espíritu, crecen las ganas de mejorar y de hacer el
mejor nido para ese ser que también crece conmigo y en mí.
2.-
La introspección es una actividad que practico a diario. Me observo, observo mi
entorno y fluyo con él. Mejoro en todo
los sentidos, busco el bienestar y me alejo de la identidad que me ha hecho
mal. Quiero ser feliz, así siempre, como
me siento exactamente ahora en este mismo momento.
3.-
Tomo conciencia de mi cuerpo y de la conexión que tiene este con la
naturaleza. Me alejo del artificio que solo
me procura un bienestar material y a la larga me crea solamente dependencias e
inseguridades acerca de mi misma.
4.-
Me escucho en todo momento. Soy el canal
que trae a la vida esa otra vida divina. Mi cuerpo es sabio y nadie,
absolutamente nadie, sabe más que yo acerca de mi hijo y de mi misma.
5.-
Me desnudo, abandono mi mente y dejo que todo fluya en mí, en mi pecho la leche
y el amor, en mis ojos las lágrimas que limpian mi interior y mis dolencias,
las cuales dejo ir. Me pongo en contacto pleno con mi hijo, como siempre hemos
estado, ahora reconociéndonos cara a cara y continuamos la cercanía más
íntima.
6.-
Siento como la oportunidad de vivir el embarazo, el parto, la lactancia y la
crianza son actividades que nacen del más profundo amor que emana de mí, los
cuales me permiten crecer y trascender.
Vivo el aquí y el ahora con este bebé en brazos y esta emoción que me
desborda y que quiero por siempre sentir.
7.-
Siento la necesidad básica de cuidarme, procurar mi bienestar con calor, con
cariño, con afecto hacia mí misma. Me
nutro a mi misma y puedo así nutrir con el mismo amor a mi hijo.
8.- Me sumerjo en el silencio que hay en mi
interior, me conecto cada vez más con mi hijo y con mis instintos, y con
firmeza los sigo cada vez más con mayor convicción.
9.-
Agradezco cada una de las situaciones que vivo, incluso aquellas que me
molestan en lo más profundo, pues reconozco los límites que tengo y reconozco
la necesidad de escucharme y de hacerme escuchar, nadie sabe mejor que yo qué
es lo que necesito y que necesita mi hijo.
10.- Recuerdo mi infancia y replico con mis hijos
aquellas vivencias que me hicieron sentir bien, y descarto todas aquellas que
no me hicieron pasarlo bien.
11.-
Empatizo con mi hijo y trato de vivir la crianza lo más horizontalmente
posible, respetando sus proceso y con ello los míos.
12.-
Busco ayuda si me siento desbordada, no escucho palabras que me hacen sentir
insegura, culpable y bajan mi autoestima.
Busco el calor de cariño amistoso, la escucha empática y la comprensión
amorosa y sincera.
13.-
Reviso mi interior y mi entorno. Despejo, limpio y sano con mi energía materna
todo aquello que ya no sirve y procuro y entrego lo mejor al mundo, a mi
familia, a mis hijos, a mi misma.
14.-
Tomo conciencia de que cada acto que hago, que he hecho y que quiero hacer, lo
hago con el más profundo amor que pueda yo sentir, y que cualquier error que
pueda cometer, es parte de mi aprendizaje, del crecimiento de mi conciencia y mi sentido
común.
15.-
Amo a mis hijos con un profundo e infinito amor, y comprendo con ello que son
seres que vienen a hacer su destino en esta vida, y que me han elegido para ser
su madre. No puedo manipular su vida,
solamente puedo acompañarlos y guiarlos.
Mi mejor arma es educar con el ejemplo.
Tomo
conciencia.
gracias de todo corazón
ResponderEliminarGracias a ti Sandy!! Besos y abrazos!!
EliminarEstoy comenzando esta experiencia, estoy en la cuarta semanita de vida y tus palabras son un bálsamo de luz. GRACIAS INFINITAS.
ResponderEliminarQuerida Laura, mil gracias por tu visita, y qué hermosa estancia es la que vives. Me alegra poner un granito de arena en ella! Un abrazo lleno de luz materna!!
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