Hace
un par de días una cadena importante de bebidas gaseosas sacó a la luz un spot
publicitario que mostraba como nacían varios bebés y comenzaban una nueva vida
justamente cuando otros hablaban o temían aquella estampa tan publicitada, manoseada y
catastrófica del fin de la humanidad.
En
el video se muestra claramente, sin ningún tapujo, una hilera perfecta de adminículos
quirúrgicos, monitoreos, camillas, quirófanos, batas verdes, habitaciones
estrictamente estériles, madres recostadas horizontalmente, padres en pasillos,
y bebés envueltos en mantas dentro de cunitas separadas en la guardería de un intachable
recinto hospitalario. Cada ser humano estaba separado de su total entorno
íntimo en medio de manos desconocidas con guantes y batas, todos lloraban entre
emociones de felicidad y de cambio que uno siente, tan raras como cuando uno
viene de la oscuridad y lo encandilan.
Finalmente, el spot con letras grandes, fastuosas y persuasivas nos
desean el Feliz inicio del Mundo.
Para
los que estamos por una vida más consciente, esto no es más que la clara visibilización
descarada de la violencia obstétrica. Y más aún, la constatación de que ese protocolo es el "normal" a la hora del nacimiento. Ya
sabemos que el momento crítico del nacimiento hoy en día es el momento vital
más manipulado, irrespetado, invadido y apurado que le puede ocurrir a un ser
humano, el cual es pasado a llevar tanto por un sistema de salud como por la
sociedad misma, avalado por la impuesta y conveniente desinformación de
nosotros mismos. Un medio violento
recibe a sus nuevos integrantes de una forma violenta, y los trata de la misma
manera a lo largo de su vida, justamente para tener el control de sus vidas y
en lo posible poder manipular su ingenuidad y su fortaleza interior.
He
sido catalogada por pensar de este modo como fundamentalista, y se me ha
espetado que los fundamentalismos son los causantes de los mayores conflictos
en este mundo. Esto me lo han dicho,
para mi profundo pesar, otras mujeres, y
además me han dicho que cada una puede parir como se le dé la gana. A lo que yo respondo de total acuerdo: con
que soy irremediablemente fundamentalista y con que cada una pare como se le da
la gana. También creo que los mayores conflictos son por la pura y mera falta
de amor que hunde al ser humano en sus más bajos niveles energéticos y replica
lo que le ha sido entregado a lo largo de su vida. Es cuestión de observar un
poco: nacimientos por cesáreas, separación a los meses de vida de la madre que
se ve obligada a trabajar, un sistema escolar que estandariza y crea individuos
en pos de un estrato de personas económicamente productivas, etc.
Yo
quiero ser más extrema aún, quiero que cada mujer tenga toda la información a
la hora de parir y pueda parir como se le plazca, quiero que cada mujer tenga toda
la información del proceso fisiológico, emocional, físico, espiritual, social,
económico, psicológico, cuántico, biológico, astral que se vive desde que una
es niña en torno a su sexualidad o capacidad de vivir placenteramente, cuando
una está embarazada, durante el parto, el postparto y el resto de la crianza de
esa nueva vida que inicia su experiencia de este mundo.
Sabían
ustedes que la posición más incómoda para parir es de forma horizontal? Sabías
tu que la forma horizontal es la más cómoda para el médico? Sabías tú que no es
necesario intervenir ni inducir un parto con químicos pues tu cuerpo sabiamente
segrega todo lo necesario para que nazca tu bebé? Sabías tú que cuando el
médico muchas veces sentencia que el nacimiento de tu hijo tiene que ser en horario de oficina es porque
él tiene que salir de vacaciones o tiene otro compromiso? Sabías tú que cuando
nace tu bebé tu cerebro comienza a funcionar desde otro centro? Sabías tu que
te sientes literalmente “rota” pues no sabes cómo enfrentar tu cambio de
identidad que ahora te define como “mamá”? Sabías que te sientes vulnerable y
que empieza todo un recuento de tu propia vida y el encuentro con tu propia
sombra o tus dolores o tu tristeza de niña es irrefrenable? Sabías tu que el
nacimiento de tu hijo es una crisis vital y el detonador de grandes
crecimientos espirituales y emocionales en tu vida? Sabías tu que la llegada de
un nuevo integrante a esta sociedad puede ser una esperanza para hacer de este
un mundo mejor? Sabías tú que gracias a la experiencia de dar vida puede
hacerte tocar literalmente el paraíso y la dicha que has esperado por tanto
tiempo?
Preguntas
como esta pueden llenar un tratado completo.
Es tanta la información que desconocemos a la hora de ser mamás y papás,
que pienso que una vida no daría abasto para aprenderla previamente. Es para mí un acto de profunda pasión esto de
ser madre y de sentirme con la responsabilidad de tomar la felicidad en mis
manos y difuminarla por donde paso, para que todos la sientan. Sin embargo, puede parecer algo petulante y
arrogante pensar que yo puedo “enseñar” al resto lo qué es ser feliz. Solamente puedo sentir en mi interior mi
felicidad y vivirla. Lo que sí puedo
intentar es hacer conciencia de lo que yo creo que puede ayudar al resto. Y para mí la desinformación que cargamos
como una mochila muy pesada nosotras las mujeres es una pieza que nos lapida a
diario. La conexión con nuestra
naturaleza más profunda es un aspecto que hemos perdido a lo largo de la
historia por el simple hecho de ser mujeres y de tener un poder incomprendido y
temido por otros. No permitamos que
sigamos con la venda en los ojos, no entreguemos nuestros procesos naturales a
instituciones que la mayoría de las veces solo buscan el lucro y viven en una frustrante
rutina diaria con hastío y con ganas de que “ya termine el día”. No sigamos aumentando el vacío emocional que
ya tenemos al anestesiarnos y no enfrentar con alegría y valentía lo que nos
toca enfrentar dentro y fuera de nosotras.
Encarémonos. Sintamos el poder que tenemos y no validemos este sistema
que todas ya nos dimos cuenta de que no funciona en absoluto, no por nada
algunos tenían la esperanza de terminar con tanto sufrimiento este 21 de
diciembre mediante la destrucción total de este mundo.
La
desinformación extrema y fundamentalista es una de las lacras más grandes de
nuestra sociedad. El no querer ver y el no
querer hacerse cargo le sigue en la lista.
La violencia obstétrica es el primer paso para crear un ser humano
violento, y la persecución de nuestra profunda naturaleza y la escucha a
nuestra humildad humana alejada de la irreprochable actividad cerebral del neocortex
es lo que puede cambiar nuestra forma de vivir y de relacionarnos. Que el feliz inicio del mundo se parezca lo
más posible a aquel nacimiento que se dio hace alrededor de 2 mil años, ese inicio
del mundo trajo a nuestra historia humana a uno de los grandes. En un entorno modesto nació Cristo, su
nacimiento fue bastante más amable y amoroso de lo que vemos hoy en día en los
spot publicitarios. Ven ustedes cual es
la diferencia entre ambos nacimientos?
Que intenso el comercial!!! Y pensar que muchos creen que esto es lo normal. Separaciones, bebes llorando en cunitas, pruebas inmediatamente después de nacer y etc.... Como dices tu cada una tiene derecho a parir como quiera, pero siempre informada. Y ese es el problema nunca se nos da toda la información y se nos anula el instinto ancestral netamente femenino de Parir. Me duele el corazón.
ResponderEliminarUn gran saludo
Gracias Carola por tu comentario!! En efecto, el tema de la normalización de partos intervenidos y poco respetuosos con la parte humana del mismo (y que a mi gusto es la más importante)es un tema preocupante. Ya hay muchos que se preocupan acerca de los cambios biológicos que están ocurriendo en nuestros cerebro producto de estas intervenciones poco naturales y de no permitir a nuestro cuerpo cumplir su proceso. De verdad es un tema muy preocupante. Es necesario hacer más conciencia!!
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